04 Feb Reuniones familiares, ¿Qué son?
Dentro de la Disciplina Positiva de la que a menudo os hablo, las reuniones familiares son una de las herramientas más efectivas y beneficiosas a la hora de educar y conseguir colaboración por parte de todos los miembros de la familia. Además es un recurso muy valioso para aprender a resolver conflictos. En ellas se trabaja la escucha, la empatía, la cooperación, la resolución de conflictos, el respeto, el enfoque en soluciones y sobre todo la pertenencia y la conexión, algo fundamental en D.P. Todos necesitamos sentir que formamos parte de algo, que somos tenidos en cuenta, que somos útiles porque podemos aportar algo. Y esto se consigue en las reuniones familiares porque todos los miembros de la familia participan, padres e hij@s, TODOS.
¿Qué debemos tener en cuenta para su preparación?
Las reuniones familiares se deben realizar una vez a la semana, preferiblemente siempre el mismo día, a poder ser un día donde todos los miembros de la familia puedan asistir y donde no haya mucha prisa. La duración de las reuniones puede ser de 20 o 30 minutos aproximadamente, dependiendo de cuántos seáis en la familia y de los temas que haya que tratar. En mi caso la hacemos los martes y no suele durar más de 15 o 20 minutos y la verdad, me está dando excelentes resultados. En el aula también.
Es importante que no se obligue a nadie a formar parte de esta actividad, si no desea hacerlo, aunque cuando comienzan a ver de qué se trata, de que ellos son participes de las normas, y que se acaba con una actividad relajante o divertida, es raro que no quieran formar parte de las reuniones.
Si tienes hij@s muy pequeños (antes de los 3 o 4 años es difícil que puedan atender a la reunión completa), pueden estar dibujando mientras, o se les puede permitir entrar y salir de la reunión siempre que no molesten a los demás. O si hay bebés podéis intentar programar la reunión cuando duermen.
Si sois muchos quizás debáis haceros con un bastón de la palabra (cualquier objeto que simbolice que la persona que lo tiene puede hablar y de esta manera lograr que se respete el turno de palabra). Algo que no distraiga.
En el libro de Jane Nelsen «Cómo educar con firmeza y cariño» nos habla también de asignar diferentes cargos para la reuniones familiares (ella tiene 7 hijos así que imagino que para familias numerosas la asignación de cargos viene muy bien). Si es vuestro caso, podéis comprar su libro y echar un vistazo 🙂
PASOS A SEGUIR
PRIMER PASO: DAR LAS GRACIAS
Consiste en realizar una ronda de agradecimientos en la que cada miembro de la familia, respetando el turno de palabra, va dando las gracias al resto de los participantes por algo que le haya gustado o que le haya hecho sentir bien. Es una parte muy bonita porque a menudo damos por sentado que el amor está ahí, que es inamovible, pero concretar en palabras diciéndole a tu pareja (si la tienes) o a tus hijos, que eso que ha hecho te hace sentir mejor, es la mejor manera de crear un clima familiar bueno.
SEGUNDO PASO: EVALUACIÓN
Se evalúan los consensos acordados en la reunión anterior para ver si están funcionando, y en caso contrario, qué y cómo se pueden mejorar.
TERCER PASO: ORDEN DEL DÍA
En casa debéis tener una pizarra, agenda, cuadernillo o similar donde a lo largo de la semana vayáis escribiendo (si no saben escribir pueden hacer un dibujo o que lo escriban los hermanos mayores o los padres), los conflictos, demandas, peticiones, etc., que vayan surgiendo. En el momento que surge un conflicto que veis que en ese momento está siendo difícil de abordar, también podéis preguntar ¿queréis que lo anotemos en la agenda de las reuniones? A veces solo con eso basta para terminar el conflicto (otras veces no :-))
Se comienza por las primeras peticiones anotadas. La persona que lo anotó comienza expresando sus sentimientos “yo siento”, “he notado que”. Se habla desde el yo, no desde el reproche. (Tengo pendiente escribir un post sobre comunicación no violenta, una formación que hice muy interesante y que creo es muy acorde y compatible con la D.P). En algunas familias tiene la norma de que los únicos conflictos que se discuten en la reunión son los que ya están en la agenda cuando la reunión empieza. Esto significa que no se pueden añadir problemas durante la reunión, se tendrá que esperar para la próxima semana.
Se hace una lluvia de ideas sobre posibles soluciones, apuntamos todas, (hasta las más inverosímiles) y luego eligen la que les guste a todos por consenso, teniendo que ser esta opción respetuosa para todos los miembros de la familia. Si no se llega a consenso, se deja el tema para la siguiente reunión, evitando así entrar en luchas de poder. Se anota la posible solución y se decide ponerla en marcha durante una semana, para en la siguiente reunión, ver si está resultando efectiva o no.
CUARTO PASO: PLANEAR ACTIVIDAD DIVERTIDA
En mi caso, todos los viernes toca peli así que lo que solemos decidir es qué peli vamos a ver el viernes y con qué lo vamos a acompañarla (picnic en el salón, perritos, ¿la vemos en la cama?). También puede ser buen momento para definir el tiempo especial que vais a tener con cada hij@.
QUINTO PASO: CIERRE
Terminar la reunión con una actividad en familia, no hace falta nada extraordinario, una guerra de almohadas antes de dormir, juego de mesa, un cuento creado entre todos. Si la reunión la ponéis en fin de semana podéis ver una película después o tomar una cena especial.
Os cuento así por encima que en la última reunión por ejemplo, yo le expuse a la peque que no me sentía bien cuando en los desayunos no se acababa la leche porque no me gustaba tirar comida. Como yo no quería obligarla a tomarla porque ella sabe que no obligo a comer ni a beber nada, ella me dijo que creía que el problema era la cantidad, que ella no se despertaba con mucho hambre y que se llenaba enseguida. Antes de eso una de sus soluciones era echarle cola-cao pero ya le expliqué mis razones por las cuáles esa no podía ser buena solución y lo entendió. Llegamos al acuerdo de que yo siempre le preguntaría cuánta cantidad creía que era capaz de tomar y ella se la bebería. De momento el acuerdo se está cumpliendo. No siempre es tan fácil porque el conflicto es mucho mayor y a veces tampoco es tan rápida la búsqueda de soluciones pero merece la pena intentarlo.
Y recuerda, las reuniones familiares no deben ser la excusa para echar sermones o castigos encubiertos, se trata de negociar, de llegar acuerdos y la voz de vuestros hij@s vale tanto como la vuestra. También hay que tener en cuenta que debéis empezar progresivamente, la primera reunión puede ser solo para explicar el primer paso (a veces dar las gracias cuesta) y las siguientes para practicar el siguiente paso y así sucesivamente, no intentéis hacer todos los pasos en un primer intento porque probablemente fracase, vuestros hij@s se frustren y no quieran hacerla nunca más. Poco a poco.
¿Qué os parecen las reuniones familiares?, ¿Os animáis a ponerlas en práctica?, ¿Lo habéis hecho ya?, ¿Qué dificultades encontráis? Os leo en comentarios 🙂
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