02 Oct ¿Por qué no me gustan las consecuencias lógicas?
Hoy vengo a proponerte un viaje en el tiempo.
Una travesía justo a aquel instante en el que la profesora aquella de la bata blanca empolvada, te mandó escribir más de cien veces en la pizarra «no volveré a hablar en clase» o mejor aún, quiero trasladarte a un lugar al que seguro no quieres volver, a esa habitación oscura y silenciosa, en la que se convertía tu cuarto cuando te mandaban allí horas porque no te habías portado bien.
¿Qué pensabas? ¿Sentías rabia, impotencia? ¿Tenías ganas de cambiar, de mejorar? ¿Aprendiste algo positivo de aquella situación?
Como sabéis por el anterior post que escribí sobre la disciplina positiva el castigo no es la mejor manera de educar a un niño ya que está diseñado para hacer que el niño/a se sienta mal con la esperanza de que eso le motive a mejorar. El castigo por lo general detiene el mal comportamiento de manera inmediata pero no está enseñando al niño habilidades de vida a largo plazo, por el contrario, tras el castigo pueden aparecer una serie de consecuencias negativas asociadas a él, como son el resentimiento, la revancha, la rebeldía y el retraimiento: las cuatro R’s de las que habla siempre esta filosofía educativa.
¿Alguna de estas cuatro R’s estaban presentes en aquellos momentos , verdad?
Por eso la disciplina positiva apuesta por una educación en la que ni los castigos ni los premios están presentes. Al leer esto como padre, madre o educador, te puedes preguntar: “vale, eso está muy bien pero si no castigo ni premio ¿qué hago?”
La disciplina positiva tiene más de 52 herramientas para ayudarte en la educación de tus hijos pero hoy solo me centraré en dos de ellas: las consecuencias naturales y las consecuencias lógicas.
¿QUÉ SON LAS CONSECUENCIAS NATURALES?
Las consecuencias naturales son aquellas que se producen de manera natural, valga la redundancia, es decir, sin intervención por parte del adulto. Son producto de una determinada acción y permiten al niño aprender del orden natural de los hechos.
Por ejemplo: si el niño se “empeña” en salir con sandalias al parque la consecuencia natural será que le entrará arena en los pies, si no quiere ponerse el abrigo y hace frío fuera la consecuencia natural es que va a sentir frío. Si no le apetece comer tendrá hambre. Si tira un juguete por el váter desaparecerá o si no echa la ropa sucia al cesto o a la lavadora, no estará limpia cuando se la quiera poner. Si se lleva un juguete al cole y no está pendiente de él lo pierde, si se gasta la paga el primer día no le quedará dinero, si insulta a un niño ese niño probablemente no quiera jugar con él, si después de bañarse deja las toallas mojadas encima de su cama, al meterse en ella para irse a dormir, se la encontrará mojada. Si le tira de la cola al gato probablemente este le arañe.Si no quiere jugar al juego propuesto por otros niños lo más seguro es que acabe jugando solo o aburrido.
Para que la consecuencia natural tenga un efecto educativo, es importante que se genere una reflexión en torno a los actos y sus consecuencias. Cuando esta reflexión no se produce espontáneamente en el niño es importante que los padres propicien momentos para promover esa reflexión. Por eso en niños muy pequeños tampoco tiene mucho sentido dejarles experimentar algunas consecuencias de este tipo si no estamos seguros de que van a hacer esa reflexión aunque os aseguro que muchos niños de 3 o 4 años son totalmente capaces de hacerlo. En niños menores de tres años es mejor distraer, redirigir, jugar, o buscar soluciones imaginativas.
Las consecuencias naturales son parte fundamental del proceso de aprendizaje y desde la disciplina positiva se nos dice que siempre que podamos debemos permitir estas consecuencias para que el niño vaya dándose cuenta por sí solo de las consecuencias de sus actos.
¿Qué significa siempre que podamos? Pues que algunas veces, y como es lógico, no vamos a poder esperar a que los niños experimenten las consecuencias naturales (es el caso de no llevar el cinturón de seguridad puesto, cruzar en rojo, no lavarse los dientes,meter los dedos en el enchufe, situaciones que sean potencialmente peligrosas para ellos o los demás, etc.)
Otras veces son los propios padres, madres y educadores los que no se ven capaces de dejar experimentar a los niños las consecuencias de sus acciones así que lo que yo les digo es que primero se hagan las siguientes preguntas: ¿Vas a “soportar” que tu hijo se moje si llueve?, ¿Vas a “aguantar” sin darle nada hasta la siguiente comida? Y por supuesto ¿vas a poder evitar decirle frases como estas: “te lo dije” “ves” o “ya sabía yo”?
Si la respuesta es «no voy a poder”, mejor enfócate en soluciones o busca otra herramienta de la disciplina positiva porque probablemente por rescatarles de experimentar las consecuencias naturales acabes dando un grito, haciéndoles chantaje o castigándoles.
Pero recuerda que es muy importante NO SOBREPROTEGER, ni RESCATAR sino es estrictamente necesario.
Puede resultar duro dejar que los niños experimenten algunas consecuencias naturales como el frío o hambre. Evidentemente se han de utilizar siempre y cuando no sean un peligro para la salud de este y el peque tenga edad para ello. Dejar que pasen un poco de frío o de hambre, no llevar los deberes hechos a clase o dejarles salir con sandalias al parque para que ellos aprendan a responsabilizarse de algunas de sus conductas, tampoco va a hacer que pase nada grave. A medida que ellos vayan creciendo se les puede ir dando pequeñas responsabilidades (puedes comprarles una planta, dejarles cocinar, alguna tarea de la casa, hacer alguna compra…). Esto también hará que sean conscientes de las consecuencias naturales de sus actos. ¿Qué ocurre si no llevo dinero suficiente para comprar o si no riego mi planta? ¿Qué pasa si cuando voy a ir a comer no tengo el plato en la mesa porque se me olvidó ponerlo y esa era mi tarea? Es importante que ellos vayan haciéndose preguntas.
Si hace frío fuera le puedes decir “parece que hace frío, voy a ponerme una chaqueta, ¿te llevo una a ti por si acaso?” por poner un ejemplo. Estimular la independencia evitando hacer lo que el niño puede hacer por sí mismo también es clave. Hay una frase muy célebre de María Montessori que dice así:
“Cualquier ayuda innecesaria es un obstáculo para el desarrollo»
Tampoco hay que adelantarse a corregir, es mejor que sean ellos mismos los que se den cuenta de sus errores (por ejemplo cuando se ponen los zapatos al revés). En este caso puedes usar pegatinas autocorrectivas para que ellos mismos sepan si se los han puesto mal y así no dependen de ti para saberlo 🙂
¿QUÉ SON LAS CONSECUENCIAS LÓGICAS?
Las consecuencias lógicas son aquellas acciones o respuestas que se llevan a cabo después de un comportamiento inapropiado y que sirven para desalentar la repetición de dicha conducta.
Para que una consecuencia lógica sea realmente capacitadora la psicóloga Jane Nelsen propone que esta deba cumplir con unos criterios básicos, “las 4 R’s y la U”:
∗Relacionada, la consecuencia debe estar claramente relacionada con la conducta no deseada. Por ejemplo: si al niño se le cae un vaso de agua lo lógico y relacionado es que simplemente lo recoja y ya está. Sin reproches.
∗Respetuosa (para ambas partes) Debe ser una consecuencia que haga sentir mejor a quien fue dañado pero nunca humillar o poner en evidencia a quien ha realizado el “mal comportamiento”.
∗Razonable (proporcional) Decirle a tu hijo que si no deja de pegar a su hermano se queda una semana sin ver tele no es muy proporcional, ¿no crees?
∗Revelada con anticipación (a ser posible consensuada en las reuniones familiares), herramienta de la que hablaré en otro momento.
∗Y útil. Ofrece una oportunidad para reparar el daño causado: el mensaje es que los errores y faltas son parte de la vida, son oportunidades para aprender, pero siempre debemos reparar a fin de mantener el vínculo afectivo con las personas a las que hemos dañado. Si el niño tiene una hucha por ejemplo y rompe un jarrón puede sacar dinero de ella para comprar otro. Si pega a otro niño puede preguntarle si está bien y qué puede hacer por él para que se sienta mejor.
Si alguna de las R o la U no forman parte de una consecuencia lógica, entonces se trata de un castigo disfrazado de buen rollo, por lo que el niño experimentará las sensaciones propias de los castigos. Además para que las consecuencias lógicas no se perciban como castigos es necesario crear un clima de relaciones afectivas entre padres e hijos, un clima de respeto mutuo.
Ahora bien, las consecuencias lógicas deben usarse POCO y como ÚLTIMA ALTERNATIVA (por ejemplo si vemos que no tenemos tiempo para pararnos a buscar soluciones, bien porque peligra la seguridad de otras personas o la del niño mismo o bien por la imposibilidad y circunstancias del momento, se podrían usar) pero siempre es mucho mejor buscar otras herramientas y métodos de disciplina que nos ayuden a buscar soluciones y a motivar a los niños a mejorar su comportamiento.
Porque como decía en el título del post NO ME GUSTAN.
Y no me gustan, porque estamos tan acostumbrados a castigar que intentamos ver sin parar acción-consecuencia, acción-consecuencia, y queremos parar la conducta de manera inmediata sin pensar que sería mucho mejor enfocarnos es buscar una solución. Si además añadimos la coletilla si no haces esto habrá X consecuencias es un castigo en toda regla o un chantaje. Así que si la consecuencia no está muy clara NO LA USES. Probablemente sea un castigo.
Algunos ejemplos:
Se le cae la leche al niño: consecuencia lógica es recogerlo. Enfoque en soluciones ¿podemos hacer algo para que no se vuelva a caer el vaso? Quizás el niño todavía tiene las manitas muy pequeñas y el vaso era muy grande, a lo mejor estaba demasiado cerca del borde…
El niño entra en casa con los zapatos sucios, la consecuencia lógica es limpiar lo ensuciado. Enfoque en soluciones: una señal a la entrada de la puerta que indique que hay que quitarse los zapatos al entrar.
La norma de casa es que dentro no se puede jugar con la pelota (el niño sabe la norma). Aún así coge la pelota y rompe un jarrón. La consecuencia lógica es comprar otro jarrón con su paga o pegar las piezas rotas. Enfoque en soluciones: en la reunión familiar volved a hablar de las normas, ver si la necesidad de jugar está cubierta…
Has hecho una tabla de rutinas junto con tu hijo (más información sobre esta herramienta aquí) antes de dormir con la siguiente secuencia: baño- poner pijama- cena- cuento- dientes y dormir y en una reunión familiar habéis decidido entre todos que se tiene que hacer todo antes de las 9 de la noche que es la hora de irse a la cama. Un día son las 9 y 10 y vuestro hijo se ha demorado jugando y no está listo. La consecuencia lógica podría ser no leer cuentos porque no da tiempo pero mucho mejor el enfoque en soluciones: Hacerse preguntas ¿qué ha ocurrido hoy para que no te tiempo? ¿Hay que volver a plantear los tiempos? ¿Poner un reloj de arena? Quizás tengáis que adelantar algo.
Varios niños en clase o en casa peleándose por el mismo juguete: Puedes quitar el juguete aludiendo que como no saben jugar con él se lo tienes que retirar (podría ser una consecuencia lógica) pero mucho mejor enfoque en soluciones a partir de preguntas de curiosidad: “Hay un camión y soy tres ¿qué se os ocurre qué podéis hacer para que lo podáis usar todos?”)
Por último, para saber si estás aplicando una consecuencia lógica o un castigo deberías preguntarte:
¿Esto que estoy haciendo con mi hijo/a, o alumno/a le humilla, le hace sentir culpa, o le invita a reflexionar y a pensar alternativas adecuadas a su comportamiento? ¿Qué quiero yo que aprenda de esta situación?, ¿Le estoy enseñando habilidades de vida?
Y sobre todo piensa:
¿Qué es más importante, que los niños aprendan de sus errores o que paguen por ellos?
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Te espero 🙂
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